Mitos sobre la lactancia materna
La lactancia materna, además de ser uno de las mejores formas de prolongar el vínculo afectivo entre madre e hijo, es considerada, desde el punto de vista nutricional, la mejor opción para alimentar al bebé, y aunque somos conscientes de que la decisión de dar el pecho es una elección personal que cada familia debe tomar, consideramos que es algo muy importante que se conozcan todos los beneficios de la misma.
Asimismo, son muchos los mitos que existen referentes a la lactancia materna y como consecuencia, son muchas las mamás que se preocupan por conocer si están alimentando correctamente a sus hijos. Es vital estar bien informadas de cómo es una correcta lactancia y desmentir todos los mitos que hay acerca de ella.
Hay que amamantar 15 minutos cada 3 horas
La realidad es que la lactancia es a libre demanda, sin horarios. La succión frecuente y el vaciado de la mama son el principal estímulo para producir mayor cantidad de leche.
La madre tiene que beber mucha agua, mucha leche y comer más
Esto es ¡falso! Debemos mantener una dieta variada y equilibrada, pero por comer y beber más no se va producir más leche.
Debes dar siempre de los dos pechos en cada toma
Esta afirmación es incorrecta, el primer pecho debe vaciarse completamente antes de ofrecer el otro para que el bebé obtenga la leche más rica en grasas que sale al final y se mantenga la producción de leche.
Los pechos pequeños producen poca leche
Las mamás están formadas por el tejido glandular, que es donde se produce la leche y, por otro lado, el tejido graso, que estaría relacionado con el tamaño del pecho. Por lo que el tamaño del pecho es totalmente independiente de la cantidad de leche que se genere.
Es normal que duela el pecho
Es uno de los principales mitos que existen sobre la lactancia materna exclusiva, pero es erróneo. El dolor indica que algo no va bien. Mal agarre, infección u otros problemas en la mama pueden ser la causa de la aparición del dolor.
Recuerda que, si tienes alguna duda sobre la lactancia materna y has realizado la educación maternal con nosotros, puedes acudir gratuitamente a las sesiones de postparto, todos los miércoles a las 12:00h, en la que resolveremos todas tus preguntas.
El equipo de Comat Matronas
Alimentación complementaria
La leche materna es el alimento más completo que existe para un bebé y puede nutrirle de manera exclusiva hasta los 6 meses de vida. A partir de este momento, y aunque la lactancia materna sigue siendo excelente, se convierte en un alimento no exclusivo, es por ello por lo que se inicia la alimentación complementaria.
La alimentación complementaria es el proceso en el que se comienza a ofrecer al lactante alimentos sólidos o líquidos distintos de la leche materna o de la fórmula infantil. El hierro, el zinc y la vitamina A son elementos que el bebé requiere en mayor medida y por eso se comienza a diversificar su dieta.
Este proceso no significa que se comience el destete, si no que comenzamos a añadir de forma paulatina el resto de los alimentos, manteniendo la lactancia materna a demanda todo el tiempo que la madre desee.
¿Y si la madre se incorpora a trabajar antes de que el bebé cumpla 6 meses?
Es importante NO introducir alimentos distintos de la leche materna antes de esa edad, por lo que el uso del sacaleches o la leche de fórmula serán unos grandes aliados. En nuestro blog “Consejos para la extracción y la conservación de la leche” podrás encontrar algunos tips que pueden ayudarte.
¿Por qué esperar hasta los 6 meses?
Antes de este tiempo, los bebés no tienen un sistema digestivo preparado para alimentos sólidos, ya que no tiene la suficiente maduración.
Consideramos que un bebé está preparado a los 6-7meses cuando adquiere las destrezas psicomotoras que permiten manejar los alimentos y tragarlos de forma segura. Como en muchos otros hitos de desarrollo, cada bebé es diferente, aunque en general estos cambios llegan en torno al sexto mes:
- Tiene que saber sentarse.
- Presentar interés por la comida.
- Realizar el efecto pinza, es decir, que sea capaz de coger comida con la mano y llevarla a la boca.
- Introducir la alimentación complementaria como un juego, sin forzar al bebé y formando parte de su propia rutina.
¿Qué alimentos utilizar?
No hay alimentos mejores que otros para comenzar, aunque se recomienda priorizar alimentos ricos en hierro y zinc. Además, se recomienda introducir alimentos de uno en uno, sin añadir azúcares, sales o edulcorantes para que se acostumbren al sabor natural de los mismos, además de probarlos con intervalos de varios días para observar la tolerancia y aceptación.
- Fruta y verdura: no hay unas frutas mejores que otras para comenzar, esta decisión dependerá de los gustos de las familias. Lo ideal es introducir progresivamente toda la fruta e ir variando también la forma de presentación (chafada, triturada…).
- Cereales: se pueden introducir en diversos formatos, dando preferencia a las harinas integrales. los cereales pueden introducirse en polvo disueltos en leche, añadidos a purés, en forma de arroz hervido y chafado, pan y pasta.
- Proteínas: carnes, pescados, huevos y las legumbres. Se pueden ofrecer en forma de puré, cocinados y desmigados o en pequeños trozos en niños más mayores. Se pueden ofrecer a diario de forma variada, especialmente aquellos ricos en hierro.
- Lácteos: se puede ofrecer yogur natural o queso desde los 9 meses y leche de vaca entera a partir de los 12 meses. Recuerda que la leche materna sigue siendo el lácteo de primera elección y se recomienda por encima de cualquier otra leche.
La introducción a la alimentación complementaria es un proceso paulatino, por lo que inicialmente las porciones han de ser pequeñas y se aumenten poco a poco mientras se mantiene la lactancia materna.
¿Alguna duda? Cuenta con Comat Matronas para resolver todas tus dudas.
Información vía Asociación Española de Pediatría.