Masaje Perineal: tu aliado en el embarazo
El masaje perineal es una técnica sencilla y efectiva que ayuda a mejorar la elasticidad de la piel del periné, la zona entre la vagina y el ano. Pero lo más interesante es que también permite conocerse mejor y conectar con el propio cuerpo en la etapa final del embarazo.
¿Cómo se hace?
Este masaje puede realizarlo una misma o con ayuda de la pareja. Hoy te contamos cuáles son los pasos para hacerlo correctamente:
- Higiene ante todo: lava bien tus manos y asegúrate de que tus uñas estén cortas.
- Lubricación: usa un lubricante acuoso o aceites naturales como el de Germen de Trigo de Weleda, que favorece la elasticidad de la piel.
- Encuentra una postura cómoda: puedes estar semiincorporada en la cama, asegurándote de que la zona perineal y tus piernas estén relajadas.
- Técnica:
Extiende un poco de aceite entre tus manos, a continuación, introduce la primera falange del pulgar en la vagina y apóyalo en la parte posterior. Desplázalo suavemente hacia los lados con un movimiento de vaivén. Puedes notar una leve tirantez, pero nunca dolor. Si lo deseas, puedes insistir en las zonas donde notes mayor resistencia.
A continuación, desliza el dedo desde la vagina hacia afuera y viceversa, manteniendo una ligera presión durante 1-2 minutos.
Otro de los movimientos consiste en ubicar los dedos en la entrada de la vagina y ejercer una presión descendente durante 1-2 minutos. Luego, si es posible, sujeta esta zona con el pulgar y los dedos opuestos, como si formaras una pinza, y mueve suavemente de un lado a otro. Este vaivén ayuda a estirar el tejido de la entrada vaginal y la piel del periné. Realiza este ejercicio durante 2-3 minutos.
Para finalizar, sin cambiar la posición de los dedos, realiza estiramientos dirigidos desde el interior hacia el exterior, abarcando tanto la parte inferior como los laterales de la entrada vaginal y la piel del periné. Mantén este movimiento durante 2 minutos para favorecer la relajación de la zona.
- Duración: no es necesario un masaje prolongado. Unos pocos minutos al día son suficientes. Y recuerda, si en algún momento sientes dolor o escozor, no dudes en consultarnos.
¿Cuándo empezar?
Se recomienda comenzar a partir de la semana 32-34 del embarazo y repetirlo varias veces a la semana para obtener mejores resultados.
¿Previene la episiotomía?
No existe garantía de que el masaje perineal evite una episiotomía, pero sí puede ayudar a mejorar la elasticidad de los tejidos.
Cuidarte y conocerte es el primer paso para un parto más consciente y respetado. Si tienes dudas, consulta siempre con nosotros.
El equipo de Comat Matronas
*Imágenes de Weleda.es
El masaje infantil: vínculo afectivo y alimento emocional.
¿Sabías que el feto es capaz de percibir las sensaciones táctiles que vienen del exterior y reaccionar cuando alguien acaricia o presiona el abdomen de su madre?
Esto se debe a que el tacto es el primer sentido que empieza a desarrollar: la primera señal de sensibilidad aparece en torno a las 7 semanas alrededor de la boca.
Durante la gestación, este sentido se irá trasladando también al resto de partes del cuerpo, de forma que, hacia la mitad del embarazo, toda la piel y las mucosas reaccionarán plenamente ante la estimulación táctil para estar completamente listos cuando nazca el bebé.
Tras nacer, cuanto más variado y abundante sea este contacto, mejor desarrollo neurológico se va a producir en el sistema nervioso central y periférico del niño.
Pero, ¿cómo podemos lograr que esto suceda? Una de las formas más sencillas y placenteras para ambas partes es a través del masaje infantil.
Y es que podríamos decir que, a nivel emocional, el masaje infantil reúne, en sí mismo, los elementos más importantes del vínculo y el apego, ya que:
- Ayuda al bebé a sentirse querido, escuchado, comprendido y aceptado.
- Mejora el sueño y ayuda al bebé a dormir más profundamente y tranquilo, a la vez que adquiere ritmos y rutinas.
- Favorece la comunicación e interacción con el bebé, beneficiosa para el establecimiento del vínculo afectivo.
- Incorpora pautas amorosas de aprendizaje y contacto con otros.
- Supone una herramienta idónea al permitir al niño tomar consciencia, de manera placentera, de las dimensiones y del espacio de su cuerpo respecto al espacio exterior, permitiendo una correcta coordinación del mismo.
- Posee efectos relajantes y tonificantes, ayudando a disminuir las tensiones físicas y emocionales que los niños acumulan a lo largo del día, disminuyendo el nivel de estrés.
- Favorece la existencia de periodos de alerta más amplios y menor reacción a estímulos dolorosos.
Y ahora que conoces todos sus beneficios, ¿sabes cómo dárselo a tu bebé?
Desde Comat Matronas te recomendamos que empieces con movimientos firmes, siempre desde dentro hacia fuera, del centro para las extremidades o de abajo hacia arriba, a un ritmo lento y constante, teniendo cuidado con la presión de los dedos según la zona.
1. Empieza por el pecho. Desliza tus manos del centro para los lados. Primero el izquierdo y después el derecho.
2. Masajea sus brazos, girando al bebé de lado, sujetándolo por el hombro y haciendo movimientos del hombro hacia la muñeca, manteniendo siempre un ritmo constante.
3. Masajea sus manos, estirando suavemente cada dedito, y después haz lo mismo con sus pies.
4. Sitúa una de tus manos en la altura del estómago de tu bebé y realiza movimientos rotatorios sobre el abdomen, que vayan en el sentido de las agujas del reloj. Alterna los movimientos con una y con otra mano. Si tu bebé tiene problemas de gases, este masaje le vendrá especialmente bien.
5. Termina tu masaje en la espalda, siempre de parte central a las laterales.
Pero, sobre todo, recuerda: sea de la forma que sea, la práctica del masaje a tu bebé aportará grandes beneficios, tanto a corto como a largo plazo, a vuestra recién iniciada relación.