Consejos para la extracción y conservación de leche materna
Uno de los principales motivos por lo que comenzamos con la extracción de la leche y el comienzo de un banco de la misma, es la incorporación de la madre lactante al trabajo. Pero, ¿qué es lo que debemos tener en cuenta para continuar teniendo la producción suficiente para alimentar a nuestro bebé?
La eyección de leche mejora con la liberación de la oxitocina, esta se libera más fácilmente con estímulos como el llanto del bebé, su olor u observándolo. Sin embargo, si estamos fuera de casa, podemos estimularla con una foto o video del pequeño.
Sin embargo, la prolactina y la producción de leche son estimuladas por la succión, por lo que la succión de nuestro bebé siempre será mucho mejor. No obstante, se puede conseguir una buena producción de leche si se extrae correctamente.
Ponerte al bebé en un pecho, mientras extraes la leche del otro es una opción eficaz ya que saldrá fácilmente y apenas sin esfuerzo, debido a que estamos estimulando las dos hormonas responsables de la lactancia materna.
Nuestra recomendación es la extracción mecánica con un sacaleches eléctrico para mayor comodidad, un ejemplo de extractor en el que confiamos es el de Medela Swing, un buen sacaleches que permite drenar el pecho y estimular la producción sin hacer daño, además es sencillo de utilizar y limpiar.
¿Cuándo utilizar los extractores de leche?
Cuando queramos aumentar la producción, con lo cuál se harán pequeñas extracciones muchas veces al día o porque nos venga una ingurgitación y nos moleste mucho y tengamos el pecho muy lleno. En este caso, nos vaciaremos el pecho cada vez que lo necesitemos, teniendo en cuenta que cuantas menos veces mejor, ya que, si no, aumentaremos la producción de leche. Tras la extracción, siempre que haya una ingurgitación, vamos a utilizar frío local.
Hay algunas consideraciones a tener en cuenta a la hora de comprarlos:
- Las tallas de las copas: tienen que tener tallas, ya que cada mujer tiene un pezón de una manera distinta y no todas somos iguales.
- Automáticos: facilitan mucho el trabajo ya que es un gran aliado para el momento en el que comencemos a trabajar, para tener reservas de leche.
Una vez hayamos extraído la leche materna, debemos refrigerarla. Un aspecto que hay que tener en cuenta es que cuanto más refrigerada esté la leche y menos cambios de temperatura sufra, muchísimo mejor. Si nos realizamos la extracción en nuestro trabajo, es importante dispone de una neverita para transportarla y, sobre todo, debe conservarse en un recipiente adecuado como botes de cristal, biberones pequeños o bolsas especiales de recolección de leche. Además, al llegar a casa deberemos poner la leche en el frigorífico, en el caso de querer consumirla en los días posteriores o congelarla para conservarla más tiempo.
¡Importante! Se puede conservar la leche extraída de diferentes tomas del mismo día, siempre y cuando la llevemos a la misma temperatura en el frigorífico antes de mezclarla.
¿Cómo conservar la leche materna?
La leche materna puede conservarse de muchísimas maneras, sin embargo, debemos tener en cuenta algunas recomendaciones:
- Lavarse bien las manos antes de manipular la leche materna.
- Los recipientes donde almacenamos la leche materna deben estar limpios.
- Congelar lo antes posible la leche materna, en pequeñas cantidades (50-100ml) si no va a usarse en los próximos tres días.
- Siempre que sea posible se usará la leche más fresca.
- Etiquetar los recipientes con la fecha en la que se extrajo y congeló la leche materna.
- Consumir, en primer lugar, la leche más antigua.
- Una vez descongelada hay que removerla bien porque puede haberse separado en dos fases.
¿Cómo descongelar la leche materna?
Lo ideal es descongelar rápidamente una vez sacada del congelador, si no se va a calentar rápidamente, es mejor mantener la cadena del frío de la leche hasta que se vaya a calentar. Se puede descongelar sumergiendo el bote de leche materna congelada en agua previamente calentada (pero no calentarla directamente al baño maría) y remover bien la leche después para que su temperatura sea uniforme. ¡Nunca debe calentarse directamente en el fuego!
Si congelamos la leche en un congelador que sea capaz de llegar a temperaturas menores de -15ºC, se puede almacenar hasta tres meses, en el caso de congeladores industriales (-19ºC) la conservación puede llegar hasta los seis meses.
Un último aspecto a tener en cuenta es que la leche congelada puede oler mal. Este olor se debe a un cambio en la estructura de los lípidos por los ciclos de congelación y descongelación en el congelador. Aunque es cierto que algunos bebés rechazan esta leche por el cambio de sabor, pero generalmente la suelen aceptar y no es perjudicial para ellos.
Cualquier consulta que tengáis sobre ello, no dudéis en poneros en contacto con nosotros y ¡recordad! Todos los miércoles de 12 a 13h, tenéis las sesiones de lactancia y crianza en la Unidad de la Mujer del Hospital San Juan de Dios, donde podéis preguntarnos todas vuestras dudas.
El equipo de Comat Matronas